Cuentos de hadas de Norma
CUENTO DE HADAS
La casa de los juguetes…
de Norma Beatriz Correa
Cuenta la historia, que en una pequeña aldea donde habitaba poca gente, cerca de las humildes viviendas, había una casa vieja, inmensa y abandonada.
Se contaban muchas historias distintas de ¡brujas y fantasmas!
Nadie se atrevió a entrar nunca al lugar.
En el pueblito, se encontraba un grupo de niños que jugaban siempre a ser exploradores;
en la primavera, tres de ellos habían planeado ir a ese lugar tenebroso a escondida de sus padres.
Andy, el mayor, Lucy y Manuel, el pequeño.
Salieron temprano a su travesía.
Lucy rompió en llanto.
Andy dijo:
¡Es mi culpa! Yo insistí en venir a este lugar. ¡Lucy!
No te muevas de aquí, yo recorreré la casa y te prometo que lo encontrare.
¡No te muevas de aquí!
Mientras Lucy se sentó en un sillón viejo. Estaba su carita llena de lágrimas,
Cuando ¡de pronto!, una cajita de madera con ribetes dorados,
comenzó a destellar una luz intensa que estaba frente a los ojos de Lucy, en una sucia mesita.
Lucy miraba para todos lados intentando ver a alguno de sus compañeros, pero no estaba sola.
Se fue levantando lentamente, caminando hacia la cajita y frente a ella. Lucy tomo fuerzas y dijo:
-¿Quién esta allí dentro?
-¡Abre, por favor! ¡Abre la caja por favor!
Era una voz linda, parecía una niña.
Lucy respondió:
-¿Me prometes que no me harás daño?
Entraron con sumo cuidado a la casa, y Lucy exclamó:
-¡Tengo miedo!
-¡Tu no te separes de nosotros! ¡Yo te cuidare! ¡Nadie se separe! Dijo Andy.
-Miren los muebles antiguos que hay. ¡Esta llena de cosas! Pero esta todo con mucha tierra y telarañas. Dijo Manuel. ¿Habitara alguna persona aquí?
-¡No toquen nada! Y caminemos despacio. Respondió Andy.
De pronto unas escaleras que llevaban a la parte subterránea de la casa llamo la atención de Manuel.
Este, sin que sus compañeros se dieran cuenta fue bajando escalón por escalón.
Pasaron unos minutos.
Asustada dijo Lucy:
-¡Andy! ¡Andy! Manu ha desaparecido. ¡No esta!
Tembloroso dijo Andy:
-¡No puede ser! Debe estar por aquí; tal vez se escondió y quiere asustarnos.
Lucy y Andy comenzaron a llamar.
" ¡Manu! ¡Manu! ¿Dónde estas? ¿Es una broma? ¡Basta! tenemos miedo."
-¡Te lo prometo! ¡Te lo prometo! Se escucho.
Abrió la cajita y la sala se ilumino completamente, Lucy retrocedió unos pasos atrás.
Miro y fue tan grande su asombro que dijo:
-¡Que hermosa! ¡Que bella eres! ¿Quién eres?
-Soy el hada guardiana de esta casa. Hacia tantos, tantos años que estaba encerrada en esta caja.
Lucy llena de asombro pregunto:
¿y quien te puso en ese lugar?
El hada contesto:
-¡Es una larga historia! Otro día te la cuento.
Pero aquí tengo mucho trabajo que hacer. ¡Esta todo abandonado y sucio!
Lucy respondió:
-¡Hada! Tú que conoces este lugar podrías ayudarme, estoy con dos niños.
Y Manu, el mas pequeño, se perdió.
Se escucharon unos pasos, y era Andy que entraba corriendo y dijo:
-¿Que fue esa luz inmensa?
El hada riendo le dice:
-¡Tu eres Andy!
El niño quedo inmóvil ante la presencia del hada.
Andy dijo:
-¡Que maravilla! ¿Eres un ángel? ¿Viniste a ayudarnos a buscar a Manu?
El hada respondió:
-¡Soy un hada! ¡Soy libre gracias a Lucy!, estaba encerrada.
Pero vamos pequeños, síganme.
Y volando con sus alitas plateadas y dejando en su camino muchas,
muchas chispitas de todos colores.
- Comenzó a guiar a los niños, con su varita toco una puerta y allí estaba
Manuel sentado en el suelo entre un montón de juguetes,
distraído y jugando con todos.
Andy y Lucy entraron corriendo hacia el.
Hablaban casi los dos a la vez.
-¿Dónde estabas? ¡Nos asustamos mucho! ¿Cómo llegaste aquí?
Manu respondió:
-¡No lo se! Vi unos escalones, baje y me encontré en esta sala llena de juguetes.
¡Miren! ¡Miren! Los autos, los trencitos. ¡Lucy mira las muñecas!
Los niños nunca habían visto tan bonitos juguetes, casi no los conocían,
no tenían ninguno de ellos en sus humildes casitas.
El hada los contemplaba sentada arriba de una vieja repisa, y dijo:
-¡Bueno niños! Mientras juegan un rato más, yo tengo trabajos para hacer.
Y salio como una rafaga, de la sala.
Manuel los miro y dijo:
¿Es un juguete el que habla?
Andy respondió:
-¡No! Es un hada, dueña de esta caja y nos ayudo a encontrarte.
Lucy comento:
-Estaba encerrada. ¡Pobrecita!... ¡Pero que hermosos juguetes!
Andy dijo:
"¡Ya es tarde! Hablemos con el hadita. A ver si nos deja Tarot otro día."
Lucy grito:
-¡Si! ¡Si! Quisiera jugar con las muñecas.
Salieron de esa habitación y fueron hacia la sala, miraron a su alrededor y todo brillaba.
El hada volaba sobre los muebles, paredes, techos, tocando todo con su varita mágica dejando estrellitas.
Los tres, tomados de las manos miraban asombrados.
El hada dijo:
¡Ya esta! ¡Mi hogar volvió a ser lo que era! ¡Ah! casi lo olvido! Falta algo.
Y girando, girando comenzó a formar arcadas de flores, todo se inundo en un agradable perfume.
Andy pregunto:
-¡Hada! ¿Nos dejarás Tarot algún día?
Manu dijo:
-¡Si! ¡Si! Por favor, queremos jugar.
El hada contesto:
-"¡Claro que si! ¡Vuelvan cuando lo deseen!
Este es mi lugar y a partir de ahora es vuestra casa también.
Ya que me devolvieron a mi morada… su premio será ¡jugar juntos en la habitación de las fantasías!"
Lucy murmuro:
-¿Qué es la habitación de las fantasías?
El hada contesto:
-Es el lugar que Manuel descubrió, el cuarto de los juguetes, pero guarden el secreto, solo ustedes pueden Tarot.
Los niños salieron del lugar felices por lo que habían descubierto.
La casa era tan bella por dentro y por fuera.
Se juraron no decir nada a nadie; y al otro día se alistaron para ir nuevamente a la casa de los fantasmas, como solía llamarla la gente grande; pero ellos sabían que era La casa del Hada, donde tenían su habitación llena de maravillas, que nunca habían visto.
El hada los esperaba haciendo señales de lucecitas con sus alitas plateadas, los niños ya sabían que esa era la contraseña.
¡Era la hora de ir a jugar!...
¡FIN! Pero ¿...Será este, el fin de la historia?...
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