La Radiónica se basa en la radiestesia y se conoce y practica desde mucho tiempo.
Los egipcios ya la conocían y usaban sus fundamentos teóricos aplicando metales sobre el cuerpo humano con fines médicos o curativos.
A principios de el siglo XX, desde que el Dr. Albert Adams, gran doctor de origen norteamericano, investigó el tema, se aggiornó el concepto de la Radiónica.
Albert Adams nació en San Francisco en 1863, se graduó en Medicina en la Universidad de California, y publicó varios libros de textos médicos transformándose en uno de los más grandes y renombrados especialistas en enfermedades del sistema nervioso.
El Dr.Adams descubrió que las enfermedades podían medirse en términos de energía y diseñó un instrumento que calibraba unos diales permitiéndole identificar y medir reacciones e intensidades de las enfermedades.
La base a su teoría de E.R.A. (Reacción Electromagnética de Abrams) resumidamente, dice:
Toda materia emite radiaciones
Toda materia emite radiaciones, y sus características dependen de sus componentes atómicos y moleculares, lo que significa que cada elemento material emite una radiación diferente a la de cualquier otro.
Las amplitudes de las radiaciones emitidas por los diferentes tipos de materia y por los distintos órganos de un cuerpo vivo pueden ser detectadas, seleccionadas y medidas por un profesional entrenado que emplee un instrumento adecuado.
Como es de imaginar, toda la comunidad científica, y en especial la médica, desacreditó por completo al Dr. Adams, atacando sus investigaciones.
En 1924, año en que murió, un comité de la Royal Society of Medicine, bajo la presidencia de Sir Thomas (más tarde Lord) Horder, investigó las teorías de Abrams y, para sorpresa de medicina y ciencia, y tras exhaustivos tests e investigaciones, el comité tuvo que admitir que lo que Abrams defendía estaba suficientemente probado.
La doctora Drown, y G. de la Warr, dos de sus alumnos, siguieron sus investigaciones. Así aportaron, para la Radiónica, nuevos equipos, de diagnóstico y para tratamiento.