RADIACIONES TERRESTRES Y VIDA VEGETAL
A los pueblos antiguos les llamaba la atención que en los bosques hubiese franjas donde el crecimiento de las plantas era escaso. Además, ese espacio lo ocupaban primero los animales para sus desplazamientos y luego los hombres los aprovechaban para hacer caminos.
En los árboles resinosos, pinos y cedros, no se producen tumores sino "heridas" y "rajaduras" en las partes radiadas, por las que fluye la resina.
Estos "nudos" se forman cuando la rama está crecida y se sitúan siempre encima de cruces de venas y líneas de fuerza.
El tronco suele tener "hendiduras".
Los cipreses no es común que presenten hendiduras, directamente el tronco se divide en dos subtroncos cuando están sobre una radiación.GUSTAN DE ESTAS RADIACIONES (y allí suelen caer rayos) las siguientes plantas (con excepción del ESPINILLO, que prácticamente puede crecer sobre restos de humedad aunque no haya grandes venas):
Chañares, caldenes, cardones, cactos, algarrobos, quebrachos, gomeros, jacarandás, arrayanes, helechos, ortigas y plantas medicinales en general, palos borrachos (blancos y rosados), palmeras (es suficiente con dejar caer una semilla en un cruce de venas para que brote rápidamente y prospere).
Hay quienes incluyen en esta lista los SAUCES y los ROBLES. Ninguno gusta de estas radiaciones y ambos tratan de resistirlas, sobre todo el roble, dada su fortaleza.
Las zonas geopatógenas son superenergéticas, por ello las plantas ubicadas sobre ellas, intentan equilibrar su energía evitando la radiación solar.
En consecuencias, retuercen sus troncos formando un helicoide que en el hemisferio norte adopta la forma de un tirabuzón y en el hemisferio sur a la inversa, o sea, una rosca izquierda.
En Alemania son muy requeridos por la industria maderera los robles retorcidos por acción de las zonas patógenas, por cuanto presentan vetas muy originales.
Tú puedes confeccionar una lista de plantas.
Para averiguar si una planta gusta o no de estas zonas radiadas, ubique un ejemplar lozano y chequéelo radiestésicamente. Lo mejor es chequear varios árboles que se encuentran en una misma zona.
En Asunción, se examinó una hilera de palmeras que habían sido plantadas todas el mismo día y provenían del mismo vivero.
Todas estaban lozanas, pero unas eran casi el doble de altas que las otras.
Las más altas estaban situadas en un cruce de dos líneas de Hartmann y las menores se hallaban sólo sobre una línea.
En cada región es necesario este chequeo, ya que los ejemplares provenientes de otras regiones pueden adoptar comportamientos diversos a su lugar de origen.
- Simultáneamente, en los CRUCES de esos caminos, los caballos -muy sensibles a las radiaciones- se espantaban; de allí surgió la convicción popular de que en los cruces de los caminos anidaban los fantasmas.
- Hoy podemos seguir observando esas mismas franjas en los sembrados y en los cercos vivos (= tuyas, ligustros) en los cuales falta parte del cerco y no hay forma de reponerlo.
- En los jardines, también vemos esos espacios y en los bosques vemos árboles solitarios y secos: hay quienes dicen que es porque les cayó un rayo. Sin embargo, el problema les sobrevino porque, por estar sobre un cruce de radiaciones, ese cruce también atrajo la caída de un rayo. Cuando un árbol se empieza a secar sin razón aparente, suele ser porque en su base surgió una radiación que antes no estaba.
- Un árbol que no guste de estas radiaciones, plantado sobre una franja de radiación, sufre; si es plantado sobre un cruce de radiaciones, muere. Todos estamos acostumbrados a ver en los jardines, plantas "pobrecitas" y escuálidas que, además de no prosperar son atacadas por todo tipo de hormigas e insectos. No es que la ataquen porque está enferma e indefensa, sino porque se halla sobre el camino de las hormigas y los insectos que, coincide con zonas fuertemente radiadas.