El problema pudo haber tenido origen en una disciplina pasada.

Puede ser que te hayas atado a ella siempre pensando que eso era lo mejor,

sin darte cuenta que lo mejor que podías hacer era liberarte de esa situación.

Lo que comenzabas quedaba perdido en sueños y no podía ser llevado a un plano real.

Todo en conjunto derivó finalmente en la dificultad que hoy te está afectando.

Antes, de esta etapa, es posible que o bien te hayas dejado arrastrar por los acontecimientos ajenos a tí, o por el contrario, hayas sido algo dominante.

Ese peso muy probablemente te volvió indeciso para ciertas cosas,

más puntualmente en el campo afectivo.

Así, fuiste haciendo sacrificios, inclusive inútiles, que te llenaron de dolor y melancolía. Con lo que luego, quizá por sentirte culpable de ello, te has dejado dominar tú, por los demás, o las circunstancias.
Hoy, ya todo es diferente.

Ha llegado el tiempo de la liberación.

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