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Muchas veces uno se siente abatido por los sacrificios

que se obligado a hacer.

E inclusive aunque se hagan

por voluntad propia, resultan no ser suficientes o directamente ser inútiles.

Ante esto, se puede caer en una situación de miedos,

en la que los sentimientos de dolor y tristeza se apoderan de uno.

La indecisión se vuelve frecuente, y se pierde capacidad de acción.

Pero tú no debes permitir que tus miedos te dominen.

Al contrario, es preciso que los domines tú a ellos para poder pasar a una próxima etapa y no estancarse en esta situación.

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